martes, 9 de julio de 2013

23 de Junio

Para empezar, esta entrada la tenía que haber hecho el día que pertocaba, es decir, el 23 de junio, pero llevé un día bastante ajetreado...

Domingo, 23 de Junio de 1991. 21:00

Ese día a esa hora nacía yo, y no sé si por haber nacido en domingo y de noche me gusta dormir y salir de fiesta... todo es posible, ¿no?

Parece que fue ayer, y hace a penas dos semanas y dos días cumplí los 22... no sé en qué momento pasó tan rápido el tiempo, pero lo que sí sé es que año tras año, a medida que he ido creciendo, cada ve me gusta menos cumplir años, pero la compañía es lo que cuenta. Haberlo pasado en casa, habiendo salido viernes y sábado, y con dos exámenes detrás (uno el 25 y otro el 28) me decían loca, pero yo sabía que iba a sacar esas asignaturas y poder disfrutar con los míos.

Lo que fue diferente fue no pasarlo en la playa, la noche de San Juan, como lo llevaba haciendo desde los 15 o 16, no lo recuerdo bien, pero ese sacrificio valió la pena, y sé que el año que viene sí que podrá ser así porque voy a hacer lo imposible. Pese a todo, pasé un bue fin de semana con amigos y familia, y así da gusto cumplir años.

lunes, 8 de julio de 2013

Cosas de la vida

En la vida, para llegar a algún sitio, es necesario avanzar, tener proyectos. Un buen día nos levantamos creyendo que va a ser el mejor día de nuestras vidas, y después resulta ser un verdadero desastre. Pero no pasa nada, al finalizar el día nos acostamos, nos levantamos a la mañana siguiente, y otra vez lo mismo, tenemos otro mal día. Y así sucesivamente, hasta que seamos capaces de descubrir lo que hemos hecho mal indagando en los otros días. Y llegará el día en el que despertemos y, para no perder la costumbre y romper con la tradición, pensemos que va a ser un mal día, que no sirve para nada revisar los hechos de días anteriores porque nada va a cambiar. Y ahí nos damos cuenta: el error no es algo que hayamos hecho mal, el error es pensar que algo va a salir mal, porque ya lo dice la ley de Murphy “si algo puede salir mal, saldrá mal”. Todo depende de nuestros pensamientos: si afrontamos el día con optimismo nos irá bien, pero si es todo lo contrario, mejor quedarse en la cama hasta que cambiemos de mentalidad. Siempre he dicho que la filosofía no me iba a servir para nada... ¡cuán equivocada estaba!